Pues aquí tenemos al pequeñín que sacamos del centro de protección animal de la fortuna, tenía una infección brutal en ambos ojos. Se le han tenido que enuclear los ojitos porque eran inviables. El no es consciente de que es ciego, es un gran juguetón y su discapacidad no le impide ser feliz. Tener un gatito con discapacidad hace que le queramos más aún, aunque de verdad, el hace una vida completamente normal.
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