Me llaman Perdigón.
Soy un gato negro con pinceladas blancas, soy un gato de pelo largo, soy un gato grande, un Don Gato aristocrático.
Solo hay un pero en mi vida: soy un gato de la calle.
Como no tengo una casa, ni unas manos que me cobijen, pero si tengo la bondad de un gato de casa sin nadie que me proteja, me han pasado cosas que querría olvidar.
Me han mordido perros, me he metido en peleas por no estar castrado, y lo peor de todo es que humanos desaprensivos han jugado a dispararme, aún queda parte de su plomo en mi cuerpo.
Cuando me recogieron herido en una pata creí que me dejarían otra vez en ese infierno, pero dicen por aquí que no debo volver allí así que me piden que me presente y os pida ayuda, una casa donde sanar mi corazón y descubrir al fin que es eso que llaman HOGAR.
He resultado positivo a inmuno lo cual no me impide llevar una vida completamente normal. Actualmente estoy con un pienso especial por formación de cristales de estruvita.
Yo te daré siempre las gracias en forma de ronroneos.