Sally (antes Halloween) fue abandonada por su familia en la perrera. El motivo fue que tuvo un «mal» gesto cuando la metieron al transportan para llevarla al veterinario. Llamaron a la policía y la gata entró en el centro de protección animal como posible gata agresiva. Pasados 10 días bajo observación, la gata no dio ninguna muestra de agresividad y pudimos sacarla. Actualmente está en acogida junto con dos gatetes más, la adaptación ha sido rápida, y el carácter de Sally es maravilloso, sociable e increíblemente cariñosa. Es una gata joven y sana de tan sólo 2 años.
Cuando se adopta un gato, sobre todo si es el primero, es importante informarse sobre su comportamiento, que situaciones les pueden generar estrés y como ayudarles, las asociaciones siempre estamos dispuestas a asesorar a los adoptantes en todo lo que necesiten.
Sally necesita una segunda oportunidad en un hogar donde la quieran para siempre.